Epistemologia e Geografia

 

 

Síntese Zeno Soares Crocetti*

 

 

 

"Como o objetivo das Humanidades não está na busca de resultados, mas no encontro de um sentido para a ação, as Humanidades são relegadas a um segundo plano, quando, mais do que antes, sua tarefa é essencial.”

Milton Santos, As humanidades, 1994.

 

 

 

As discussões do objeto da geografia e do conceito Espaço Geográfico, são em número cada vez maiores e mais complexas, são tantas as idéias como as mais destacadas e profundas críticas as mais diversas propostas teóricas conceituais. Para reflexionar e mostrar essa frondosa e entusiasmada produção teórica sistematizamos alguns textos de geógrafos relevantes do passado e contemporâneo. Esta discussão é central para a geografia, além do que ela estimula a produção de idéias, e mostra a necessidade e a convergências das idéias no sentido de se construir um campo teórico-conceitual em que se garanta condições para estimular conceitos e categorias que possam precisar e caracterizar uma definição mais consensual.

 

 

A) Em seu sentido mais amplo, datado do fim do século XIX e inicio do XX, o objeto da geografia é o espaço geográfico, ou seja,  é a "epiderme da Terra" (J. Tricart), isto é, a superfície terrestre e a biosfera. Segundo uma acepção apenas aparentemente mais restritiva, é o espaço habitável, o ecúmeno dos Antigos, todo e qualquer espaço em que as condições naturais possibilitem a organização da vida em sociedade. (...)

Observou-o Max Sorre, geógrafo que a desenvolveu e utilizou sobejamente: "Para nós, tal como para os Antigos, o ecúmeno ainda é a terra habitada, mas a terra habitada e mais os seus anexos: a área de expansão do gênero humano tende a confundir-se com a superfície do globo". O espaço geográfico é o espaço acessível aos homens" (J. Gottman ), e por eles utilizado para sua existência. Inclui, por conseguinte, os mares e os ares.

O espaço geográfico é um espaço localizável, concreto, "banal segundo a expressão do economista François Perroux. Se cada um dos pontos do espaço é suscetível de ser localizado, o que importa é sua situação relativamente a um conjunto no qual se inscreve e as relações por ele mantidas com os diversos meios de que faz parte. Tal como o espaço dos matemáticos ou como os dos economistas, o espaço geográfico se faz e evolui a partir de conjuntos de relações: essas relações entretanto se estabelecem no interior de um quadro concreto: o da superfície da Terra.

O espaço geográfico é um espaço mutável e diferenciado cuja aparência visível é a paisagem. É um espaço recortado, subdividido, mas sempre em função do ponto de vista segundo o qual o consideramos. Espaço fracionado, cujos elementos se apresentam desigualmente solidários uns aos outros. "A idéia de área de extensão inclui a de limite, da qual é inseparável e que oferece diversos graus de determinação, desde o limite linear até a zona limite com todas as suas franjas de degradação" (Max Sorre).

Por conseguinte, surge o espaço geográfico como o esteio de sistemas de relações, algumas determinadas a partir dos dados do meio físico (arquitetura dos volumes rochosos, clima, vegetação) e outras provenientes das sociedades humanas, responsáveis pela organização do espaço em função da densidade demográfica, da organização social e econômica, do nível das técnicas; numa palavra: de toda essa tessitura pejada de densidade histórica a que damos o nome de civilização.

 

B) "La discusión sobre el espacio es muy rica e interesante. Surgen muchas cuestiones cruciales alrededor de esta discusión. La primera es que dentro de la geografía tenemos que tener cuidado de no repetir siempre lo mismo pero con un nombre distinto. En el mundo anglosajón la palabra región no es muy usada, la ‘Geografía regional’ no es muy común; pero el concepto de lugar se ha vuelto muy popular y surge una cuestión interesante que es cuando los geógrafos hablan del lugar y la teoría del lugar, se refieren a conceptos básicamente diferentes a lo que se entiende por región, no le están dando un nuevo nombre a una misma cuestión. Y en tal caso, ¿de qué serviría usar un nombre distinto si estamos hablando de lo mismo? En la geografía aparece ese tipo de planteos. En mi caso, prefiero el concepto de lugar al de región  porque cuando trato de teorizar acerca de la construcción social del espacio, la relación entre espacio y lugar está profundamente arraigada en el discurso filosófico e incluso en el matemático, y todo eso me permite comprender la forma en que el espacio puede ser fluido y cambiante; al mismo tiempo, los lugares están imbricados en esa fluidez y ese cambio. Creo que la cuestión del espacio, en este sentido, está en peligro de estancarse porque el espacio ha sido considerado tradicionalmente como una estructura en la que se lleva a cabo la acción no como algo que puede ser transformado por las acciones que lo producen. Y es bastante difícil trabajar con esta última concepción porque no contamos con muchos trabajos que estudien eso.

La segunda cuestión que reviste gran interés es que en la teoría, el espacio y la cartografía se usan como metáforas por medio de las cuales se describe la realidad. Cuando Edward Soja habla del ‘giro o cambio espacial’ se refiere a la manera en que la teoría social trata de explicar las metáforas y entender la realidad. Existen muchos libros actualmente que se refieren a "cartografías".

Nuestro desafío como geógrafos es el siguiente: podemos usarlas como metáforas, pero lo que nos interesa es la realidad material que define el significado de esas metáforas. Han surgido interesantes debates acerca de la relación entre el espacio como una metáfora idealista y el espacio como resultado de una construcción y producción material. Aquí aparece un diálogo muy interesante que no hace estática a la discusión sobre la espacialidad, sino muy dinámica, relacionada al espacio como una representación y al espacio como el producto de una actividad material".

(Harvey; 1997:88)

 

C) "Nuestra disciplina, en lo que va del siglo, se ha enfrascado en una interminable y casi vacía discusión alrededor de la palabra ‘geografía’. Me parece que no hay nada que reiterar de la continuación de ese debate. El debate central, el debate que permite un debate ontológico, no es alrededor de un nombre de disciplina sino alrededor de un problema que sea ontológicamente trabajado. A mi juicio, ese tema es el tema del espacio. Eso significa que hay que enfrentar, al mismo tiempo, lo que existe frente a nuestros ojos como realidad actual y el tiempo. El tiempo debe ser datado de forma empírica, si queremos que sea compatible con esa otra categoría empírica que es el espacio y que podría ser definido brutalmente como el conjunto de cosas, de ideas y de relaciones fundadas en cosas e ideas. Pero no únicamente cosas e ideas de relaciones existentes, sino cosas e ideas de relaciones posibles. En una época dada, ¿por qué no se puede trabajar, enfrentar una situación contra aquello que llamábamos en el pasado "la realidad" con enorme pretensión? Si no disponemos de conceptos, fabriquémolos. Que esa fabricación esté de acuerdo con la sistematización de lo real del mundo. Así incorporamos la historia a nuestro raciocinio, y nos ponemos como geógrafos en el mundo, frente al mundo. Hay que encontrar una definición que permita hablar del presente, del pasado y del futuro. Porque si mi definición no es abarcativa de esas cuasi dimensiones del acontecer no sabremos cómo tratar lo que pasó, no sabremos cómo enfrentar las situaciones y, por lo tanto, no estaremos en condiciones de proponer. Estoy  proponiendo, hace algunos años, que el espacio sea definido como un conjunto indisociable de sistemas de objetos y sistemas de acciones. Ni objetos separadamente, ni acciones separadamente. Objetos y acciones conjuntamente.

Hay que hacer una definición operacional y que al mismo tiempo incluya el  pasado, el presente y el futuro. Los objetos son creación del hombre en todos los tiempos y las acciones son algo que en todos los tiempos marcan la posición de la historia hecha sobre los objetos. Y significa que en esa definición, que la complicamos después en la realidad del proceso de producción teórico, nos tomamos la libertad de proponer algo sencillo. Lo trabajamos, complicándolo, y volvemos al proceso de simplificación que permite una primera discusión con nuestros interlocutores. Pero no hay que insistir en el error fundamental de nuestra disciplina que es trabajar desde afuera y no enfrentar la cuestión del espacio desde adentro. Esto, junto a otra idea que no debe detenerse porque está en las calles, la gente pobre sabe de eso. El espacio no es sólo un resultado de la producción, sino un resultado de la producción y de la vida. Esto nos permitirá pensar que una epistemología que tenga en cuenta esa realidad supone ser una epistemología existencial. (...)

Las acciones de hoy están enmarcadas por un fenómeno técnico a su servicio como hallamos en sus dos fases. La técnica es la sociedad, la sociedad es la técnica. Eso significa que si en nuestras preocupaciones separamos técnica y sociedad, y frecuentemente hacemos cuadros de todo, la geografía es una ciencia que parece no poder desprenderse de los dualismos asesinos de la producción de un conocimiento  utilizable. Hay que liberarnos de esa herencia del iluminismo y de la modernidad como propone Latourre, y, a partir de esos híbridos, a partir de esas mezclas, trabajar de otra forma, y la técnica nos permite esta operación metodológica si la consideramos como sociedad y si consideramos a la sociedad como técnica. El interés de este enfoque es exactamente éste: suprimir las ambigüedades, los dualismos, los enigmas que perturban el desarrollo de nuestro trabajo. Objetividad vs. subjetividad, socialidad vs. individualidad, materialidad vs. socialidad y, sobre todo, tiempo vs. espacio. 

Tiempo-espacio que es, hasta hoy, el problema más grande de nuestra disciplina. (...) No se ha podido encontrar la solución, primero porque no incluimos la cuestión de la técnica: La técnica y el tiempo; La técnica y el espacio.  Las dos cosas. La manera como definimos el acontecer en cada período histórico está relacionada generalmente con lo que en cada período histórico es la técnica. La construcción del espacio y la relación del hombre con la extensión es igualmente marcada en cada período histórico por la técnica correspondiente a ese período histórico. De ahí que la casi totalidad, por no decir la totalidad, de los estudios geográficos sobre el tiempo no tuvieran éxito, porque la ausencia de la noción de técnica supone la imposibilidad de unir el tiempo y espacio, aunque algunos geógrafos imaginen que han resuelto la cuestión". (Milton Santos; 1997, 81)

1.1 A CIÊNCIA GEOGRÁFICA E SEU OBJETO

O conhecimento científico é profundamente dinâmico e evoluir sob a influência das transformações econômicas e de suas repercussões sobre a formulação do pensamento científico. Assim, o objeto e os objetivos de uma ciência são relativos, diversificando-se no espaço e no tempo, conforme a estruturação das formações econômicas e sociais.

Quando examinarmos a evolução do pensamento geográfico ao longo do século XX vamos observar que o conceito de geografia sofreu modificações e foi enunciado sob as formas mais diversas, em diferentes períodos. O grande geógrafo francês, Emanuel de Martonne, considerando o aspecto descritivo da Geografia, definiu-a no início do Século XX, como "a ciência que estuda a distribuição dos fenômenos físicos, biológicos e humanos pela superfície da Terra, as causas desta distribuição e as relações locais destes fenômenos".1 Sauer, culturalista, seguindo a mesma linha de reflexão, afirma que a Geografia "é a ciência da diferenciação das áreas" e Hartshorne afirma que "a Geografia tem por objeto proporcionar a descrição e a interpretação, de maneira precisa, ordenada e racional, do caráter variável da superfície da Terra".2 Para Cholley, a Geografia tem por objeto "conhecer a Terra" em seu caráter total, não levando em conta categorias isoladas, mas combinações produzidas entre as várias categorias -físicas, biológicas e humanas.3

Todas estas definições e conceitos indicam a orientação positivista dos seus autores que encaravam o espaço geográfico como uma entidade estática, como resultado de uma evolução que alcançara o ponto final de equilíbrio e que não estava sujeita a grandes transformações. Além disso, todas indicam uma posição ambientalista, esquecendo que a natureza não condiciona nem determina, apenas exerce influência sobre a ação do homem e que esta ação também lhe traz modificações substanciais. O homem, à proporção que aperfeiçoa seus conhecimentos técnicos e que dispõe de capital, procura transformar a natureza, a fim de produzir o tipo de espaço que deseja ou que, dentro dos seus paradigmas, procura atingir. A participação dos fatores naturais é tão relativa quanto à dos fatores institucionais e pode, por estes, ser substancialmente modificada. 4 Da mesma forma que as estruturas econômico-sociais são o resultado de uma evolução, da ação do homem, as estruturas do meio natural, sobretudo nas sociedades industriais, é também resultado desta ação, visando à produção ou à apropriação dos recursos naturais. Daí concluirmos que a Geografia, superada a influência positivista, funcionalista, pode ser definida como a ciência que estuda o espaço geográfico, espaço produzido pelo homem ao intervir no meio natural, adaptando-o à sua exploração, à utilização dos seus recursos, segundo as formas institucionais e as disponibilidades culturais, técnicas e econômicas de que dispõe.

 

1.2 A EVOLUÇAO DO CONHECIMENTO GEOGRÁFICO

Os Séculos XVI, XVII e XVIII foram o período em que as ciências naturais começaram a tomar forma, dentro dos conhecimentos científicos gerais, com as descobertas de homens notáveis como Ambroise Parre (Anatomia). Newton (Física), Copérnico e Kepler (Astronomia), Linneu (Botânica) e outros. As Ciências Sociais e com elas a Geografia, porém, começaram a se tornar autônomas no Século XIX, em parte beneficiadas pelo desenvolvimento do conhecimento das Ciências Naturais e, em parte, pelas facilidades de divulgação das idéias e do conhecimento científico. Admite-se que os conhecimentos geográficos começaram a ser cultivados na Antiguidade e que houve sábios que deram uma contribuição notável aos mesmos, ora no sentido mais geral, na análise do relacionamento da Terra com os outros astros e, em outra linha, na análise da superfície da Terra, levando-se em conta a distribuição das atividades produtivas pelo espaço e as relações, então muito modestas, entre áreas produtoras e áreas consumidoras. Ptolomeu seria um autêntico representante do primeiro grupo, com a formulação do sistema planetário geocêntrico, e Heródoto seria o representante do segundo grupo, com a análise da influência das cheias do rio Nilo sobre o uso do solo no Egito.

Preocupações geográficas mais específicas surgiriam nos fins do Século XVIII, com Kant, o grande filósofo alemão que ensinou Geografia Física, na Universidade de Koenigsberg e que teve em Alexandre von Humboldt, considerado o pai da Geografia, um seguidor ilustre. Este sábio alemão, grande viajante, preocupou-se com as causas da distribuição das paisagens e foi um grande incentivador das fundações de institutos geográficos e nas promoções de congressos e reuniões científicas, atividades que interessavam às classes dominantes dos países europeus, em um período em que estes promoviam a expansão colonial, apropriando-se de grandes territórios na África e na Ásia. No mesmo período, primeira metade do Século XIX, o historiador e filósofo Karl Ritter, em seus cursos na Universidade de Berlim, procurava fazer análises comparativas entre regiões diversas, procurando explicar as formas de ocupação do espaço territorial;5 o filósofo alemão Karl Marx, analisando o sistema capitalista, então em expansão, procurava explicar6 as relações existentes entre o homem e a  natureza, estabelecendo o processo de transformação das sociedades naturais, pré-capitalistas, para as sociedades industriais, capitalistas, em que o homem diminuía a influência do meio natural e o transformava em função de uma mais rápida acumulação de capitais sem levar em conta os danos ecológicos e sociais destas transformações.

Frederico Ratzel, porém, traria a grande contribuição para a formulação esquemática do conhecimento geográfico, com o seu livro Antropogeografia e com a propagação das idéias deterministas, que consideravam a existência de uma grande influência do meio natural sobre o homem. De formação antropológica, Ratzel foi bastante influenciado pela idéias evolucionistas de Charles Darwin e de Ernest Haekel, admitindo que na luta pela vida venceriam sempre os mais fortes e que a vitória os mais fortes, dos mais aptos, sobre os mais fracos era o resultado lógico da luta pela vida. Essas idéias, profundamente comprometidas com o capitalismo da livre-empresa e da concorrência, então dominante, tiveram grande aceitação, levando Ratzel a fazer escola e a propagar suas idéias tanto na Alemanha, onde vivia e ensinava como nos Estados Unidos, onde seus discípulos se tornaram ainda mais radicais. Da idéia da vitória dos mais fortes foi fácil passar à idéia da influência das condições naturais sobre o desenvolvimento do homem e da explicação do maior desenvolvimento dos povos brancos que viviam na Europa, sob condições climáticas favoráveis, sobre os povos que viviam nos trópicos e que não se haviam desenvolvido em face do fato de não disporem de um clima com estações do ano bem-definidas. Daí a idéia da existência de uma raça superior e do "direito" que teria esta raça de "dominar, para civilizar" as raças inferiores, incapazes de gerir os seus próprios destinos. Daí também o princípio de que a raça superior tinha o direito a conquistar o seu "espaço vital", dominando os países, vizinhos ou não, habitados por seres inferiores e de que nos trópicos não havia condições para a formação e para o surgimento de civilizações7, justificando o imperialismo e o colonialismo. Essa tendência levou o geógrafo a uma preocupação maior com os "gêneros de vida" dominantes nas sociedades baixos níveis técnicos, dependentes do meio natural e não a uma preocupação com os problemas das classes sociais, bem-definidos em seus antagonismos, nas sociedades industriais e para-industriais. As idéias de Ratzel levaram ainda os geógrafos a se preocuparem com os problemas de povo, raça, Estado, localização dos Estados em relação aos oceanos e mares, conduzindo-os à Geografia Política e fornecendo as bases para o surgimento da Geopolítica, com a contribuição de Kjellen.8

As idéias geográficas na França, nesse período, baseavam-se no pensamento de dois grandes cientistas, Elisée Reclus e Vidal de Ia Blache. O primeiro, de formação anarquista, participou da Comuna de Paris e teve de viver grande parte da vida no  exílio, onde escreveu uma Geografia Universal e um livro O homem e a terra analisando de um ponto de vista revolucionário, este relacionamento. O segundo bem-ajustado ao sistema de poder, foi o formador da geografia clássica francesa, com a criação do possibilismo, escola que, mitigando o determinismo alemão, admitia que não havia um domínio da natureza sobre o homem nem deste sobre a natureza, mas possibilidades de influências recíprocas. Apesar de historiador de formação, Ia Blache realizou intensos estudos de geologia e de geografia física, tendo sido o organizador de trabalhos de análise regional nos quais dava grande importância à delimitação de pequenas áreas, "as regiões", onde se deveria fazer o levantamento das condições naturais, da população e da exploração econômica da área. Não tinha preocupações filosóficas e, sendo historiador, encarava o quadro em exame como o resultado de uma evolução que chegara ao fim, pelo seu aprimoramento. Grande professor fez numerosos e eminentes discípulos que divulgaram as suas idéias, na França e nos países que receberam a sua influência cultural. '

A geografia científica foi iniciada no Brasil sob a influência da escola clássica de Ratzel e de Ia Blache, com os trabalhos de Delgado de Carvalho, nas primeiras décadas do Século XX, e continuada após a fundação da Faculdade de Filosofia, Ciências e Letras da Universidade de São Paulo, através dos ensinamentos de Pierre Mombeig e de Pierre Defontaines e da Faculdade Nacional de Filosofia, do Rio de Janeiro, com Francis Ruellan. No Rio, o Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística dariam também uma grande contribuição ao desenvolvimento das idéias defendidas pela geografia clássica, onde se observava uma separação, uma dualidade entre a Geografia Física e a Humana, um ambientalismo acentuado e uma ausência de preocupações teóricas. Dominaram, no Brasil, durante o período de 1951 a 1960 os estudos regionais.

 

1.3 CRISE DA GEOGRAFIA OU GEOGRAFIA DA CRISE

Após a Segunda Guerra Mundial, as transformações econômicas e sociais conscientizaram o homem das perspectivas de uma crise que se efetivou, de forma mais generalizada, após 1970: essa perspectiva de crise e as disputas político-ideológicas conduziram também a uma crise da Geografia. A grande expansão do capitalismo, com períodos de euforia durante as guerras da Coréia e do Vietnã, possibilitou às companhias transnacionais uma ampliação da escala dos seus programas de ação, visando ao controle de matérias-primas e do mercado consumidor, em escala mundial, favorecendo o desenvolvimento do enconomicismo, do positivismo e dos métodos matemático-estatísticos para a confecção de modelos abstratos a serem aplicados, sem levar em conta a posição geográfica, as condições naturais e os interesses das populações. Daí a vitória do funcionalismo e o surgimento da escola "quantitativista" que pregava uma ruptura com a geografia clássica, considerada ultrapassada, e com as pesquisas de campo, utilizando de forma maciça os computadores e os dados estatísticos, sem uma crítica à validade dos mesmos. Procurava transformar uma ciência em uma técnica, procurando medir o crescimento e as quantidades, sem levar em conta as conseqüências sociais e ecológicas do processo de expansão do modo de produção capitalista. Esta aceitação se configurou mais acentuadamente nos setores governamentais, no planejamento, com a utilização da teoria dos sistemas e, em não menor escala, nos meios universitários.

A crise do sistema capitalista mundial, provocada pela acumulação exagerada do capital e pelo empobrecimento das populações dos países subdesenvolvidos, acompanhados da depredação dos recursos naturais, provocou reações de ordem política e social, como a atitude dos países produtores de petróleo de valorizar o produto não renovável de que dispunha, passando a impor preços compensatórios para o mesmo, fazendo despertar uma consciência crítica que se estendeu, natural­mente, ao campo científico e, conseqüentemente, à geografia.

Daí a perda de prestígio da geografia quantitativa e o surgimento de tendências ecológicas e dialéticas. As tendências ecológicas, muitas vezes românticas, tentam uma volta às idéias de Rousseau, no seu Contrato Social, que prega uma preservação do meio ambiente e uma volta à vida em maior contato com a natureza. Os ecologistas, sobretudo nos países desenvolvidos, vêm tentando evitar a implantação de indústrias poluentes e de centrais nucleares, procurando preservar as reservas florestais existentes e desenvolver um maior contato entre o homem e os animais e os vegetais.

A tendência dialética procura a origem do seu pensamento nos filósofos alemães do Século XIX, como Hegel e Marx, e tenta explicar a produção do espaço, levando em conta a influência da infra-estrutura econômica sobre a ação do homem. Segundo ela, o espaço geográfico é um espaço produzido pelo homem visando à apropriação de bens no período pré-capitalista e à produção de mercadorias, a acumulação de capital, na sociedade capitalista. Ela não só se preocupa com a análise do espaço, como também procura explicar a forma como o espaço geográfico foi produzido, em função de que interesses e quais as conseqüências desta produção sobre as estruturas sociais e sobre a acumulação de capital, dando origem à formação de uma geografia que analisa a problemática da crise em que vivemos indicando caminhos para a solução da mesma. Claro que entre os que fazem geografia, utilizando o método dialético, a chamada geografia crítica, há tendências bem diversas e bem-acentuadas, desde aqueles que, influenciados pelos positivistas, elaboram modelos ideais a serem aplicados em qualquer situação, até aqueles que partem da análise da realidade, seguindo a práxis à procura de modelos que se adaptem a cada caso, a cada desafio, em suas linhas específicas9.

 

1.4 A DUALIDADE DO ESTUDO DA GEOGRAFIA: A GEOGRAFIA ECONÔMICA

Analisando-se as obras dos geógrafos, observa-se grande influência do positivismo, uma tendência à esquematização. Costuma-se dividir a Geografia, pelo menos para efeito didático, em dois grandes ramos, a Geografia Sistemática ou Geral e a Geografia Regional. Muitos admitem que esta divisão é o resultado apenas da escala adotada, de vez que o geral se refere a grandes áreas - os continentes ou países de grande extensão - e o regional a pequenas áreas - as regiões. O problema não é bem este. Faz-se Geografia Sistemática quando se toma um segmento dos estudos geográficos, como o relevo, o clima, a população, a agricultura etc., estudando-o isoladamente para toda a superfície da Terra ou para uma área determinada e faz-se Geografia Regional quando, seguindo-se os modelos de Vidal de Ia Blache, se toma uma área determinada e se procura obter da mesma uma visão global, observando tanto os aspectos físicos - estrutura geológica, relevo, clima, vegetação etc. - como os humanos - população, agricultura, pecuária, indústria, comércio e serviços - através de sua ação conjunta, integrada.10

Vê-se assim que mais do que dois grandes ramos da Geografia, a Geografia Sistemática e a Geografia Regional são, na verdade, dois enfoques do conhecimento geográfico.

A Geografia Sistemática costuma ser dividida em dois grandes ramos, a Física e a Humana. A primeira estuda e analisa a ação dos fatores físicos e a segunda analisa e interpreta a ação dos fatores humanos. A Geografia Humana vem recebendo denominações diversas, conforme as escolas geográficas. Na Alemanha, Ratzel a chamou de Antropogeografia, ou geografia do homem, embora hoje utilizem mais o termo geografia cultural, em face das influências antropológicas. Na França preferem chamá-la de Geografia Humana, por considerarem o adjetivo mais abrangente, enquanto nos Estados Unidos e na União Soviética a denominam de Geografia Econômica, em face da importância dada à Economia na organização do espaço.

Na verdade, esta dualidade - Geografia Física/Geografia Humana - já se encontra ultrapassada, de vez que, em relação à produção do espaço geográfico, temos de estudar a ação do homem apropriando-se dos recursos existentes, de acordo com as estruturas econômicas, sociais e políticas como estão organizadas. Daí a influência do modo de produção11 e das formações econômicas e sociais dominantes no espaço e no tempo e concluirmos que existe apenas uma Geografia que é chamada de uma ou de outra maneira, conforme o enfoque que se dá à mesma nos estudos em realização. Assim, quando se dá maior atenção às relações homem/meio e quando se analisa gêneros de vida faz-se Geografia Humana, mas quando se analisa a organização do espaço em função da apropriação dos recursos naturais e da transformação dos bens em mercadorias, em uma sociedade avançada, faz-se Geografia Econômica.12

Devemos ainda levar em consideração que a Geografia não é um departamento isolado do conhecimento científico; ela está integrada a outros ramos do conhecimento, tendo, naturalmente, uma área de fronteira com as outras ciências. Daí a existência de uma série de disciplinas intermediárias entre a Geografia e as outras ciências, tanto naturais como humanas. Apenas para exemplificar, podemos apontar os ramos que seguem:

 

a)     a Geomorfologia, ciência que estuda as formas de relevo, preocupada em explicar a gênese da mesma como ramo intermediário entre a Geografia e a Geologia;

b)           a Geofísica estuda a física do globo;

c)            a Geoquímica estuda a química do globo terrestre;

d)           a Geo-história estuda a influência dos fatores geográficos na sucessão dos acontecimentos históricos;

e)            a Geopolítica, campo intermediário entre a Geografia, a Ciência Política e o Direito Internacional, tenta explicar a importância estratégica de certas áreas da superfície da Terra e a evolução das fronteiras entre os países, assim como das áreas de influência das grandes nações;

f)                a Geografia Econômica, campo intermediário entre a Geografia e a Ciência Econômica, procura explicar a expansão da influência dos grandes grupos econômicos e dos países a ele ligados, pela superfície da Terra.

 

Assim, à proporção que se desenvolve que se amplia o conhecimento geográfico, certos capítulos, antes poucos estudados e poucos expressivos, ganham importância e se transformam em novas áreas de estudo ou novos capítulos do grande ramo da Geografia, enquanto outros, marginais entre a Geografia e as ciências afins, dão origem a novos ramos do conhecimento científico.

1.5 O CONHECIMENTO GEOGRÁFICO E SUA UTILIZAÇÃO

Durante muito tempo dominou a idéia de que a Geografia era uma ciência que visava apenas dar aos estudantes um pouco de cultura geral, sem interesses pragmáticos. Quando se começou a utilizar o conhecimento geográfico de forma sistemática no planejamento e a se falar em geografia aplicada, houve cientistas que reagiram, achando que esta não era a função da Geografia.

Esta idéia, porém, é falsa, de vez que a Geografia vem sendo utilizada, desde os primeiros tempos, com fins pragmáticos. Assim, ela foi utilizada pelos países europeus em sua expansão colonial, quando procuravam conhecer as várias regiões que desejavam conquistar para avaliar a rentabilidade das mesmas. E esta função, entregue no início do desenvolvimento da expansão capitalista (Séculos XVI, XVII e XVIII) a cronistas isolados (leia as obras dos cronistas do período colonial a respeito do Brasil e de suas possibilidades econômicas), foi transferida, no Século XIX, para as sociedades de geografia que financiavam e promoviam expedições de exploradores às regiões pouco conhecidas. Hoje ela é controlada pelo Estado, através dos serviços de informação.

A Geografia tem sido utilizada ainda para organizar a exploração do espaço e contribuir para obras de transformação do meio natural, tornando-o mais acessível à exploração agrícola ou mineral, bem como para orientar os problemas estratégicos e as formas de conduzir a guerra.13 Vários problemas espaciais, como-o de fronteiras políticas, de delimitação de áreas de influência econômica dos centros polarizadores14 ou de distribuição pelo espaço geográfico, de povos e nações, têm sido objeto de estudo e de participação de geógrafos. Mais modernamente, eles têm dado a sua colaboração também nos estudos e planejamentos dos órgãos estatais e das grandes empresas transnacionais. As Forças Armadas dos mais diversos países têm sempre um serviço geográfico, com preocupações ligadas, sobretudo à Cartografia, a informações, à geopolítica é à geoestratégia.

 

1.6 A ELABORAÇAO DO DISCURSO GEOGRÁFICO

Para elaboração do discurso gráfico, dispõe hoje o geógrafo não só do embasa­mento teórico fornecido pela Epistemologia e pela reflexão metodológica que pode enriquecer os chamados princípios do método geográfico, utilizado no início do Século XX, pelos fundadores da ciência geográfica, mas também de técnicas modernas fornecidas pelo desenvolvimento da tecnologia, como veremos a seguir.

Desde a segunda metade do século passado até os primeiros anos do Século XX, consolidou-se a idéia de que o método geográfico se baseava nos cinco princípios enunciados por eminentes mestres alemães, como Alexandre Humboldt, Karl Ritter, Frederico Ratzel - os fundadores da geografia científica - e pelo não menos ilustre geógrafo Jean Brunhes.

Assim, em um trabalho de pesquisa geográfica devia o estudioso aplicar, sucessivamente, os seguintes princípios:

 

a) princípio da extensão, enunciado por Frederico Ratzel, segundo o qual o geógrafo, ao estudar um dos fatores geográficos ou uma área, deveria, inicialmente, procurar localizá-la e estabelecer os seus limites, usando os mapas disponíveis e o conhecimento direto da área;

b) princípio da geografia geral ou da analogia, enunciado por Karl Ritter, segundo o qual, delimitada e observada uma área em estudo, deveria ser a mesma comparada com o que se observa em outras áreas, estabelecendo as semelhanças e as diferenças existentes;

c) princípio da causalidade, enunciado por Alexandre Humboldt, segundo o qual, observados os fatos, se deverá procurar as causas que o determinaram, estabelecendo relações de causa e efeito;

d) principio da conexidade, enunciado por Jean Brunhes, onde ele chamava a atenção para o fato de que os fatores físicos e humanos, ao elaborarem as paisagens, não agiram separados e independentemente, havendo uma interpenetração na ação dos vários fatores físicos entre si, e ainda dos dois grandes grupos de fatores. Na elaboração das paisagens, nenhum dos fatores físicos ou humanos age isoladamente; a ação é sempre feita de forma integrada com outros fatores;

e) princípio da atividade, também enunciado por Jean Brunhes, no qual o mestre francês assinala o caráter dinâmico do fato geográfico, de vez que o espaço está em perpétua reorganização, em constante transformação, graças à ação ininterrupta dos vários fatores.

 

Passando da formulação teórica às considerações de ordem prática, observamos que, modernamente, o geógrafo dispõe das condições mais favoráveis para realizar a aplicação destes princípios, tanto nos trabalhos de campo como nos do gabinete e de laboratório. Os trabalhos de laboratório podem ser feitos através da utilização de várias técnicas que têm tido grande desenvolvimento no período posterior à Segunda Guerra Mundial. Por isso, além dos materiais fornecidos pela Cartografia, através de cartas de escalas e das projeções mais diversas, dispõe o geógrafo de fotografias aéreas que dão, através da visão estereoscópica, uma idéia nítida do conjunto da área em estudo. Quanto aos mapas, são hoje largamente utilizadas não só as cartas com escala de 1: 500.000 e 1: 1.000.000, geralmente para áreas de grandes dimensões - continentes grandes países etc. -, como também cartas de escalas mais bem detalhadas, como as de 1: 50.000 e 1: 20.000, em folhas que retratam pequenas áreas, com um grau de precisão bastante elevado. Para o estudo de cidades e de micro áreas podem ser utilizadas até escalas mais reduzidas. Não menor é a variedade de mapas especializados; nas áreas mais desenvolvidas e mais bem conhecidas, o geógrafo dispõe de mapas geológicos, topográficos, pedológicos etc. A existência destes mapas e das modernas técnicas de estudo das paisagens permite o surgimento, ao lado dos tradicionais mapas físicos e políticos, de mapas geomorfológicos, climáticos, de uso da terra, de distribuição dos fluxos etc., que ilustram e enriquecem as mais modernas obras geográficas.

A fotogrametria e a foto-interpretação são técnicas hoje largamente usadas por geógrafos, geólogos, agrônomos, pedólogos etc., e constituem, para o geógrafo, um material de suma importância para o estudo das várias áreas da superfície da Terra, não só porque a perspectiva do alto permite a observação de fatos difíceis de serem constatados à superfície em que o pesquisador está, limitado pelas dificuldades de circulação, mas também porque dá uma visão geral e bem mais ampla. Certas áreas da superfície da Terra, como as florestas equatoriais, os grandes desertos, as regiões polares etc., não estariam hoje razoavelmente cartografadas se não dispuséssemos do recurso da fotografia aérea.

Os dados estatísticos, tanto os referentes à população como à produção mineral, agrícola, industrial etc., constituem um rico material de trabalho de gabinete para o geógrafo. Por maiores que sejam as imprecisões dos dados estatísticos, eles fornecem ao estudioso uma idéia nítida da maior ou menor importância da população e da produção de uma região. Como os serviços estatísticos funcionam nos principais países do mundo há dezenas de anos, pode o geógrafo, comparando os dados disponíveis de uma seqüência de anos, estabelecem as tendências ao crescimento ou à diminuição da população e da produção. Além dos dados oficiais, pode-se lançar mão de cadastros, de documentos antigos, publicados ou não, para estabelecer as conexões necessárias.

Nos trabalhos de laboratório, os geógrafos realizam, ora a sós, ora com o auxilio de mineralogistas, de geólogos e de pedólogos, análises físicas - forma e dimensões de seixos, de areias etc. - e químicas, a fim de explicar a origem destes elementos de forma positiva e segura.

Apesar de toda esta documentação de que dispõem, sobretudo nos países desenvolvidos e nas regiões mais bem conhecidas, a maioria deles ainda opina pela necessidade do trabalho de campo, da observação direta, que dará, pelo contato com a natureza e com as pessoas, uma visão mais realista e mais casuística dos fatos que marcam a paisagem e que exercem grande influência na organização do espaço. A visão de gabinete leva o geógrafo a fazer generalizações, ao passo que a visão do campo, o conhecimento adquirido com a pesquisa direta, fornece-lhe o conhecimento de detalhes, de fatos que contrariam e evitam essas generalizações. Este contato direto, feito através da observação direta da paisagem, pode ser mais bem documentado, com desenhos e fotografias obtidas dos melhores ângulos, entrevista com os habitantes da área, fonte de informações de grande valia, e, ainda, aplicação de questionários nos quais estes habitantes fornecem, de forma sistemática, as informações consideradas fundamentais ao trabalho em elaboração. Desse modo, os geógrafos modernos dispõem de meios que faltaram aos clássicos para interpretar e explicar as diversas formas de organização do espaço.

* Professor de Geografia na UNIBEM, diretor da Associação dos Geógrafos Brasileiros, AGB Seção Curitiba. Especialista em análise econômica, orientando do Prof. Armen Mamigonian do programa Desenvolvimento Regional e Urbano do Departamento de Geociências da UFSC, na área de concentração da Geografia Econômica. Fone (041) 9106-3256 - Correio Eletrônico: crocetti@uol.com.br.

 

 

Referências

A: Transcrição da introdução do O Espaço Geográfico, Olivier Dollfus, São Paulo: Bertrand, 1991.

B: Síntese da entrevista que David Harvey concedeu a Geografikós em Buenos Aires por ocasião da realização do VI Encontro de Geógrafos da América Latina;

C: Síntese da conferência que Milton Santos fez no encerramento do 6º EGAL e transcrição do capítulo 3 (O Espaço Geográfico, um Híbrido) do livro A Natureza do Espaço, São Paulo: Hucitec, 1996, p. 81-88.

D: Síntese e transcrição do livro; Geografia Econômica, Manoel Correia de Andrade; capítulo 1 (A Ciência Geográfica e Seu Objeto) São Paulo: Atlas, 1992, p.15-24.

 

 

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